martes, 14 de enero de 2014

V. La vida de Brian


"Estáis equivocados. ¡No tenéis por qué SEGUIRME! 
¡No tenéis por qué seguir a NADIE! 
¡Tenéis que pensar por vuestra cuenta!
 ¡Cada uno es un individuo!" La vida de Brian, Monty Phyton


El espejo de la habitación de hotel junto al último grito había recibido un fuerte impacto, aun había restos de sangre junto a los pedazos, en el suelo en posición fetal y hecho un ovillo se encontraba Paulus.
-Maldito seas…-Repetía una y otra vez el ángel caído.
A su recuerdo empezaron a venir toda clase de recuerdos, pero ninguno era un recuerdo feliz, Paulus ya no recordaba nada que le diera luz y calor a su interior.
Su época como querubín del coro de los ángeles,  su época como observador y vigilante de los hombres, quedaba tan y tan lejana y tan y tan remota que por momentos le parecía mentira.
Poco a poco la mente de Paulus empezó a enturbiarse…sería toda su historia una mentira, sería todo un sueño, una mala pasada del destino, entonces la historia que había contado a Nicole empezó a mezclarse con flases de la vida de una persona normal y corriente, la persona que él había elegido ser, un tal Brian Redfox.
Ontario (Canadá), 18 de febrero de 1978 en el seno de una familia acomodada, nace su primogénito, al que deciden llamar Brian. La infancia de Brian fue como la de muchos críos, sin preocupaciones más allá de las propias de la edad. La madre de Brian, Martha era profesora de infantil y su padre, John era representante de comercio. Además de Brian, los Redfox tuvieron otro hijo, Sean, pero este falleció muy joven con apenas tres años de una afección cardiaca.
Martha y John tardaron en superar la pérdida de su hijo pequeño y quien más lo noto fue Brian, pues desde aquel momento el joven muchacho se encerró un poco en sí.
La adolescencia de Brian, no fue sencilla, siempre le costó encajar, siempre desafiaba a la autoridad y muchos lo veían como un chico problemático al cual era mejor ignorar.
Así con esa etiqueta creció el muchacho ignorado en invisible para los demás.
Todo cambió cuando por motivos de trabajo sus padres cambiaron de residencia, de Ontario a Nueva York, Martha dejó de trabajar y pudo centrarse un poco más en su hijo, pero quizás ya era un poco tarde.
América no era Canadá y los desaires de un chico rebelde no quedaban sin consecuencia, aquí llegaron las primeras broncas, los primeros castigos severos y las primeras peleas, una espiral de odio reprimido con más odio que obligó a los padres de Brian a internarlo en una escuela militar antes de que echara a perder su vida…
De nuevo lagunas en la mente de Paulus, el reconocía los nombres, Martha Redfox, John Redfox, Sean Redfox, pero era incapaz de ponerles una cara. Paulus se levantó del suelo se miró al espejo medio roto y ensangrentado e intentó hacer memoria, un rasgo, sólo quería recordar un rasgo, y entonces otro aluvión de recuerdos espectrales le inundaron, haciendo brotar agrias lágrimas de sus ojos.
Septiembre de 2001 Brian se encontraba trabajando cuando todos los noticiarios interrumpieron su programación con la noticia que cambiaría la historia del mundo, hubo una serie de atentados ocurridos en la costa Este americana y entre las más de 3000 víctimas una era John Redfox.
El siguiente recuerdo era la rabia y la impotencia, sentimiento que recorría todo el País y el recuerdo de alistarse como voluntario, el desierto de Afganistán y de nuevo sombras espectrales, silencio y más oscuridad.
Después de eso un completo vacío hasta el recuerdo de los seminarios del Profesor Peter Sloterdijk, allí Paulus ya recordaba caras, expresiones y hasta frases del guión de sus primeras ponencias…
Tras recordar todo esto Paulus se empapó la cara con agua fría y respiro profundamente volvió a mirarse y la luz de sus ojos color miel parecía apagada, las arrugas más profunda y su semblante más oscuro, cuando quiso volver a enjuagarse la cara se encontró una tira completa de capsulas de Prozac, vacía sobre el lavabo.
-Necesito otro cigarro.- Se dijo así mismo, e inmediatamente se dirigió hacia el comedor donde apenas un rato antes había estado a Nicole algo en lo que ni siquiera el mismo ya creía.
La habitación aun contenía aromas embriagadores, aroma a humo a café y a perfume, afuera la lluvia continuaba, y dentro otra tormenta parecía que iba a desatarse…

Ya habían pasado varias horas desde la crisis y Brian apuraba su ultimo cigarrillo, sobre el cenicero una montaña de colillas, todo estaba en silencio hasta que una llamada lo interrumpió era del Doctor Sloterdijk. Brian dudó en cogerla y responder finalmente respondió.

lunes, 13 de enero de 2014

IV. El Corazón y la Razón de un ángel caído


El camino que lleva a la felicidad pasa por reconocer tus miedos, aceptarse y respetarse a sí mismo como respetar a los demás, dejar a un lado el orgullo y la ira, pero no dejar de ser consciente de tus actos y compasivo con quienes lo merecen.
No aislarse en uno mismo, la soledad no es buena compañera, asumir que todos tenemos dudas y que siempre te surgirán nuevas a cada paso del camino, tener capacidad de sacrificio, saber sobreponerse y finalmente reconocer que con todo lo bueno y todo lo malo esta es tu identidad. Y aun así, puedes que no llegues a ser feliz nunca...
Pero sin embargo un día echarás una vista atrás y te sentirás orgulloso del camino recorrido. El Autor, dedicado a Sandra.


-Pensé que ya estarías acostumbrado.-
Se dijo así mismo entre susurros en sus pensamientos. Ya que quería disimular el silencio con el que habitualmente compartía su vida.
Esta vez lo dijo en voz alta-¡No!- Prosiguió con su conversación consigo mismo.
-No estoy acostumbrado, ¿Cuánto llevamos así, años, tal vez siglos?-
Entonces la conversación se tornó a algo similar a un diálogo entre su razón y su corazón.
-¿Cómo eres capaz de reprocharme todo lo que hago, es que ansías que estemos solos?
-Perdona que responda a una pregunta con otra, pero ¿Quién dice que estamos solos?
-Tú, a cada pensamiento, a cada mirada vacía hacia el infinito. Tú que te limitas a esperar una respuesta que nunca llega.
-Si me limito a esperar es culpa tuya…-Dijo en tono enfurecido.
-Cada latir, cada sentimiento es diferente, te dejas embriagar por las pasiones del momento, y por cada una de esas resacas nos matas lentamente. Te recuerdo cuando fue la última vez que nos expusiste por tus caprichos…Seguro que ni recuerdas el nombre de la chica.-
Hubo un silencio, el corazón se aceleró unos segundos para después volver a latir a un ritmo normal, si los corazones lloraran en ese momento por su mejilla caería una lágrima de sangre por cada nombre que le había venido al recuerdo.
-Ya estoy cansado, cansado de tus pasiones, de tus momentos, de que pienses que conectas con las chicas de una manera especial y de que luego siempre salgas lastimado.
Hubo otro silencio.
-No puedo…-
-¿No puedes qué?
-Dejar de hacerlo…-Masculló.
-Sí que puedes.
-No.- Contestó molesto.-Si lo hago dejaré de ser lo que soy, dejaré de ser útil.-
-Ya lo dejaste de ser hace tiempo…recuerdas…-
Entonces el corazón sintió una punzada de dolor como nunca.
-Fallaste, no somos felices porque fuiste débil, porque no mostraste el coraje suficiente cuando deberías haberlo mostrado.-
Y otro silencio más…
-¿Por qué haces esto? (Pausa) Dañándome a mí, nos dañas a todos los demás, ¿Lo sabías?
-Porque te necesitamos frío, indiferente, ninguno queremos que sufras más.
-Habla por ti, a mí nadie me ha pedido una opinión.
-¿Seguro? Entonces, (pausa) contesta: ¿Qué hace Paulus entonces escribiendo en su diario? Sólo escribe cuando sufre
-Si sufre también es por tu culpa…
-Cómo osas…
-Respóndeme tú: ¿Cuándo nos has ayudado a tomar una decisión? ¿Si tan listo te crees por qué no has inventado todavía nada para sacarlo de su propia celda? Hablas de las pasiones cómo si fueras un experto, culpándolas, pero y las decisiones, también son importantes, y eso es culpa tuya. Cuéntame (pausa) ¿Cuantas decisiones tomaste por él de las que ahora te arrepientes?-
En ese momento el tono de la conversación empezó a tomar un cariz amargo.
-No puedes dejarle vivir feliz sin más a cada momento, a cada persona, le haces pensar, y pensar, y pensar…buscar sus cosas positivas, sus cosas malas, recordarle los aciertos y los errores, haciendo que siempre dude de lo que siente.
-Si duda será por algo.
-Claro que es por algo, es por ti…Si es demasiado joven, si es demasiado mayor, si es demasiado alta, si es demasiado baja, si vive lejos…si hizo esto o hizo lo otro…Es conocer a una chica nueva y vienen las dudas.
-Si vienen las dudas es porque ya empiezas a sentir algo sin apenas conocerlas.
-Eso se llama crear lazos, Coronel Napoleón “Bonamente”. No sabía que también estabas ducho en las artes del cortejo.
-Pse…Crear lazos.
-Sí, esos mismos lazos que tu acabas siempre estropeando, bien por precipitarte, o bien por no tomar una decisión a tiempo.
-Lazos los cuales haces demasiado “íntimos” en ocasiones, que él esté solo no implica que toda mujer que se le cruce en su camino quiera tener un romance con él.
-¿Y por qué no?…Es precisamente ese pensamiento el que lo limita.
-¿Limitar…que hablas ahora?
-Tú lo haces ser menos que nadie, según tú, ninguna chica es perfecta o todas lo son y el que es imperfecto es él.
-Deja de sentir tonterías.
-Déjalas tú de pensarlas.-
De nuevo silencio.
-Tú y tus malditas corazonadas.
-Lo mismo puedo decir de tus ideas.
-Lo que está claro corazón, es que debemos colaborar, no podemos ir cada uno a nuestro antojo.
-Sé que lo que dices es lo correcto, pero mientras se sienta así, vacío, no puedo dejar de hacer otra cosa, si no fuera por sus pequeñas ilusiones, hay días que ni se levantaría de la cama.
-Lo sé, lo veo en sus ojos, están cansados de a cada mazazo poner una sonrisa.
-Pero a veces le puede la soberbia.
-Eso lo ha heredado de ti, no puede con las injusticias, y menos con las que no entiende.
-Pero si no las entiende, son fallo tuyo, para eso eres su razón.
-Sé que quieres decir, pero mientras no colaboremos será inútil. Podemos discutir, podemos ir cada uno por nuestro lado, pero acabará sufriendo, como siempre…
-¿Y qué propones?

-Ahora mismo, no lo sé, por eso él está gritando de rabia frente al espejo…

III. Grigori


“La tierra desolada grita hasta las puertas del cielo
 por la destrucción de sus hijos.” Libro de Enoc

-Lucifer fue el Ángel rebelde más conocido, ya que en su caída por orgullo arrastró a una tercera parte de las tropas del Señor. A pesar de ello, no ha sido el único Ángel en rebelarse y caer, aunque si el primero. Posteriormente, muchos otros Ángeles se han cuestionado su lealtad a Dios, por motivos diversos y variados. Entre ellos resalta la caída de los Grigori, o Vigilantes, que cayeron por amor a las Hijas del Hombre al enamorarse de su belleza y querer yacer con ellas. Solo fueron doscientos y su pecado no fue amar o procrear con ellas, si no el enseñar a la humanidad conocimientos prohibidos, como los del árbol de la ciencia del bien y del mal en el Edén. Estos Ángeles cayeron por lujuria, amor y deseos de formar una familia. Su coro ya no existe en el cielo y no siguen a Lucifer en su idea de destruir la obra de Dios, pero son Anatema en el cielo y están considerados Caídos, en espera de Juicio por parte de Dios. Siguen vagando entre los hombres y esta es su historia.-Continuó Paulus. -Escucha, esto es muy importante, Dios pidió a los "Vigilantes" - un selecto grupo de ángeles del desaparecido décimo Coro en la Tercera Jerarquía - que asistieran a la creación de Edén. Tras la expulsión de Adán y Eva del Edén, Dios pidió a los Grigori que supervisaran la evolución de la descendencia de Eva en la Tierra. Así pues, estos vigilantes (también llamados "Grigori") descendieron a la Tierra para ayudar a los hombres y velar por ellos mientras creaban su nuevo hogar.
Pero sucedió que, cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y los Vigilantes (Hijos del Cielo) las vieron y las desearon. Llegó un momento en el cual se Semyaza, jefe de los Grigori, los reunió y les dijo a sus hermanos: "Llevo un tiempo viendo a las hijas de los hombres. Como crecen, se casan y tienen descendencia. Por largo tiempo he envidiado a los Hijos de Adán, codiciando el que puedan acceder al privilegio de tomar esposa y multiplicarse, y ya no puedo seguir ocultando mi tormento. He soñado muchas veces que nos mezclábamos entre los Hijos del Hombre y escogíamos mujeres entre sus Hijas para engendrar nosotros mismos descendencia. Pero temo que si os propongo algo como esto no queráis cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran pecado".- Prosiguió.
-Entonces, ¿Tú eres un Vigilante? ¿Un Ángel caído? ¿Quién o que eres Paulus?-Interrumpió Nicole.
-Simplemente alguien arrepentido.-
Otro incomodo silencio y otra vez las miradas de desconfianza, los ojos de Paulus dejaron de ser azules celestes y volvieron a tornarse miel, sólo que esta vez ya no brillaban, tenían más bien un tono oscuro.
-Nicole, es importante que entiendas, no todos los Grigori somos ángeles caídos, ni todos los ángeles caídos son bestias irracionales y ruines. No hay blanco o negro, sólo escala de grises. Aun así espera que acabe mi relato y después juzga y entonces y si todavía quieres te encomendaré una tarea. Pero primero escucha lo que tengo que decirte.
-La vida de un ángel es tan insulsa, tan insustancial…Los recuerdos están ahí impresos, recuerdos que no son tuyos, que no los sientes tuyos.
Por lo que a mí respecta podría haber luchado en la guerra contra Heylel  o podría no haber luchado, puede que lucharan otros, cayeran y los recuerdos de mi existencia sólo formen parte de una memoria colectiva. Sólo tengo recuerdos propios, recuerdos que puedo llamar míos, una vez puse mi primer pie sobre la tierra.
Fue doloroso, la caída, es lo primero que siente un ángel, en ese momento sólo piensas en lo que te espera al otro lado. Desciendes a tal rapidez que el tiempo y el espacio parecen comprimirse dentro de tu cabeza, a medida que te acercas sientes las emociones, el amor, el dolor, el odio, la tristeza, la desesperación estas últimas son tan fuertes, profundas y arraigadas que nuestro espíritu se vacía y nuestra fuerza de voluntad se hace jirones, desgarrando nuestra fe.
La presencia purificante de Dios es tan, tan lejana, sientes tristeza, añoranza, ese sentimiento de abandono que los humanos conocéis tan bien.
Se sincera Nicole, cuanto os puede durar ese sentimiento, cuánto tiempo podéis estar sumidos en la desesperanza por el abandono…porque yo llevo miles de años.
Sin embargo no todo es desamparo o desasosiego, en la tierra los ángeles empezamos a experimentar una dualidad difícil de explicar...-En ese momento, mientras Paulus hablaba, Nicole carraspeó.
-Lo siento señor Redfox.-Dijo Nicole mientras apagaba la grabadora y empezaba a recoger sus cosas. –Creo que se ha equivocado de persona.-
Paulus no expresó emoción alguna al oír esto, sólo se limitó a dejar la colilla en el cenicero y a encenderse otro cigarro.
Cinco minutos después Nicole había recogido sus cosas y abandonado la habitación del hotel donde se hospedaba Paulus. Él mientras, seguía observando por su ventana.


-Los humanos y sus prisas…-Se dijo así mismo y después sonrió.

II. La conversación

Put sad wings around me now
Protect me from this world of sin
So that we can rise again
Juda Priest

– Entonces, ¿Ángeles?–Preguntó Nicole.
– Sí...–Respondió Paulus.
– Esa palabra en sí procede del latín (Angelius), que a su vez deriva del griego (angelos), "mensajero". La palabra hebrea más parecida es (Mal'ach), que tiene el mismo significado.
– Jum…–Paulus sonrió amargamente.– Mensajero…Un poco vago para un ser inmaterial presente en muchas de las creencias religiosas. Pero al fin y al cabo su propósito es servir y asistir a Dios, ¿No?
– Usted es el especialista en ángeles.
– Jejeje…–Esta vez la sonrisa de Paulus se volvió más incisiva. –Nosotros fuimos la primera creación del Divino. Al principio solo éramos nosotros y él, los ángeles y su señor.
La cara de Nicole se volvió todo un poema–…Esto…–
Entonces los ojos dorados de Paulus tomaron un color celeste intenso y una extraña sensación de calma y paz inundó el espíritu de Nicole.
–Nosotros estábamos destinados a llevar una vida de servidumbre, de veneración de humillación y adoración, a vosotros os dio mucho más de lo que nunca nos dio a nosotros.–Dijo Paulus.
Durante unos minutos ambos se quedaron en silencio, Nicole no sabía cómo reaccionar, no sólo por estar delante de un ángel si no porque poco a poco su cerebro trataba de asumir que todo o parte de sus conocimientos sobre los orígenes del hombre eran incorrectos. A pesar de eso, se sentía calmada, sosegada, cómo si Paulus hubiera estado a su lado toda la vida y cómo si todo lo que le contara no fuera algo nuevo para ella.
Tras la pausa Paulus continuó.
–¿Te apetece parar?
–…Perdona.–Nicole respondió como si saliera de un estado de shock.
–Digo, que si te apetece parar.
–No, no, es solo que…
–Tranquila, te entiendo.– Interrumpió Paulus. –Sé que es difícil de creer me pongo en tu piel, sin embargo eres una creyente llevo observándote a ti y a muchos otros mucho tiempo, al fin y al cabo esa es nuestra labor, observar.
–Al principió te costará asumirlo. –Continuó el él. –Sin embargo dentro de ti hay algo que te dice que siempre he estado ahí. No debes asustarte si no hubieras estado preparada no te hubiera escogido para esta tarea.
Tras esto Nicole se estremeció
–¿Tarea, que tarea? –Dentro de su mente empezaron a juntarse todas las historias bíblicas del viejo y nuevo testamento cristiano.
–Jajaja. –Sonrió Paulus –No va a ser la nueva María de Nazaret, ni tampoco Moisés o Noé…Sólo escúchame. Cómo te he dicho nosotros estábamos destinados a llevar una vida de servidumbre, de veneración de humillación y adoración, a vosotros os dio mucho más de lo que nunca nos dio a nosotros.
–No estoy de acuerdo en eso, vosotros representáis todo aquello que el ser humano anhela, surcáis los cielos vuestros, sois eternos por no decir que conocéis al mismo creador.
– Y que…A vosotros os dio una opción, la opción de reconocerle o bien de ignorarlo.
–¿Tan importante es?–Preguntó Nicole
–¿Importante? Todo este tiempo que he estado aquí abajo he sentido la ausencia de la presencia divina y me ha dolido y ¿Por qué? Por la forma que él nos creo. Si nos hubiera dado la opción de elegir nosotros podríamos haber ignorado el dolor como vosotros, pero no, nosotros somos sus eternos sirvientes...
–No lo entiendo-Dijo Nicole.
–Te explicaré, todo empieza por Heylel, en latín “el portador de la luz”, Heylel era el ángel más hermoso de todos, antes de caer era él era un querubín protector y músico, era el director de la alabanza a Dios. Su posición era la más encumbrada de todos los seres angelicales que Dios creó.
–¿Heylel? He estudiado Teología y ese nombre no me suena.–Dijo Nicole
–Ya te sonará...Aún así, eso que has estudiado...En fin, todo forma parte de una gran mentira. Que cuenta la historia, que nuestro Señor creó a Adan y a Lilith a su imagen y semejanza para así gobernar la tierra.
–¿Lilith? ¿La misma bruja del folclore mesopotámico?
–Ves lo que decía...todo mentiras...Has de saber que toda la Teología que has estudiado es patriarcal y machista...Pero bueno, déjame continuar con mi relato. Como te decía Adán y Lilith nunca hallaron la armonía juntos, así que Lilith encolerizada por el trato de Adán hacia ella, pronunció el nombre sagrado del Dios y le pidió salir del Paraíso, al principio Dios discutió con ella, pero finalmente acabó por permitirle la salida del Paraíso.
–Espera, ¿Estamos hablando del mismo Dios que entró en cólera por una manzana y nos desterró del Edén?
–Jajaja.– Sonrió Paulus. –Te sorprenderías de ciertas aptitudes del Divino hacia los tuyos, en fin, por donde íbamos… Am sí, pero luego tras razonar mando a Heylel para traerla de nuevo. No se sabe que hablaron Lilith y Heylel, pero tras su conversación Heylel ya no era el mismo.
–A que te refieres con que no era el mismo ¿Acaso se había pasado algo entre ellos dos?
–No lo creo. Sin embargo algo dijo Lilith a Heylel que este acabó por estar convencido de su poder, belleza e intelecto, y deseó ser superior a Dios. Así que formó un ejército de ángeles rebeldes que se enfrentaron a otros ángeles y a Dios.
–Entonces Heylel es...
– Sí, (silencio). Hubo una batalla sangrienta en la que Dios salió victorioso y terminó por castigarlos a todos. Heylel pasó a llamarse Lucifer y cayó en las sombras del infierno y allí hizo su reino el cual compartiría con sus ángeles, los cuales también fueron expulsados del Cielo.
–¡Vaya!, aún así no lo entiendo, según tu fuisteis creados para llevar una vida de servidumbre ¿Cómo uno de vosotros pudo revelarse contra su Señor?–Preguntó Nicole
–La respuesta es más complicada de lo que parece pero has de saber que Heylel fue el primer ángel, que tuvo como misión encender la chispa primera que dio luz al universo. Lucifer fue el primer ángel y querubín en ser creado, y era además el más poderoso. Solo Dios lo superaba en inteligencia y poder. Irradiaba más luz que cualquier otro ángel, y su belleza era como ninguna antes vista en el cielo. Lucifer fue el primer ángel que despertó a la Creación y fue la más grande criatura de magnificente belleza en la aurora cósmica. Este ángel tenía una hermosura increíble y no comparable a ninguna otra creación. Todos los Ángeles que fueron creados después de él no tenían la belleza ni la grandeza que poseía el primer ángel de la mañana. El fue el encargado de encender las primeras luces del universo, y en memoria a aquella primera luz se llamó Lucero a la primera estrella de la mañana.
Desafortunadamente, Lucifer se convirtió en un ser ambicioso, a tal nivel que un día decidió que iba a demostrarle a todos cuán grande era su poder. Para probar esto, iba a elevar su trono a la altura de Dios. Sin embargo, otros ángeles no aprobaron las intenciones de Lucifer, ya que no querían que un ser inferior tratara de ser igual a Dios y su poder. Aquella rebelión de los ángeles contra Dios fue como un complot, algo que no puedes ni imaginar.
–Algo he leído. Lo que no concibo es a entender como hubo más ángeles traidores.
–Las palabras de Lucifer aun resuenan en mi mente:
“¿Queréis inclinar la cabeza o preferís doblar una rodilla dócil? No, no lo preferiréis si es que os conozco, según creo o si es que os tenéis por oriundos hijos del cielo que nadie poseyó antes que nosotros. Aunque no todos seamos iguales, somos sin embargo, libres, igualmente libres, porque las alcurnias y las categorías no son contrarias a la libertad, si no que se armonizan con ella. ¿Quién puede introducir leyes y decretos entre nosotros cuando, aún sin leyes, no cometemos nunca un error? Con mucha menos razón puede ser aquel nuestro señor y pretender nuestra adoración en detrimento de esos títulos imperiales, que atestiguan que nuestro estado se ha hecho para gobernar, no para servir.”
Cuando Lucifer trató de llevar a cabo su plan reuniendo un ejército de ángeles rebeldes a Dios, estalló la Primera Guerra en el Cielo, pues se abalanzaron todos los Ángeles a las órdenes de Mikael sobre los de Lucifer. Se libró una gran batalla, Mikael y sus ángeles luchaban contra Lucifer.... Lucifer y sus ángeles combatieron, pero no vencieron, y no quedó ya lugar para ellos en el cielo. Y fue así como el Lucero de la Mañana fue arrojado del cielo y sus ángeles con él, derrotado y expulsado junto a quienes le siguieron en su rebelión por las huestes a las órdenes de Mikael. Esta guerra tuvo lugar durante los primeros días de la Creación para ser exactos, hasta que las dos terceras partes de los Ángeles lograron vencer a los rebeldes que fueron arrojados hacia los abismos fuera del universo. Al caer sus alas se tiñeron de negro y sus corazones esperanzados, se cubrieron de sombras con la derrota.
Fue en ese momento que la maldición se pronunció, con esto se quebró la paz que existía hasta entonces, y lo que se creó más adelante ya no tendría jamás el acuerdo beneplácito de todos los Ángeles, de toda la Creación del Señor. Los Ángeles caídos vagaron por la tierra vacía del no-mundo, lamentándose por su error. Pero Lucifer no se lamentaba, sentía el dolor del rechazo, de la injusticia de Dios. Todo en él empezó a sufrir cambios. Donde antes solo hubo amor incondicional empezó a anidar el odio más visceral, transformando el dolor en deseos de venganza. Su corazón se volvió frió y despiadado, su luz se apago, convirtiéndose en la oscuridad más profunda. Su belleza abrumadora se retorció hasta adquirir una profunda oscuridad cuando rechazo su propia luz. Ya no inspiraba ciega devoción entre sus hermanos caídos, sino un miedo abismal a contradecirle. Continuaba siendo el más perfecto, el más bello, el más sabio, pero la pureza quedó destruida con la luz que le daba nombre. Construyó un reino de tinieblas, el reverso del que había sido su hogar y se erigió como rey y amo absoluto de su reino de tinieblas, con su propia legión de Ángeles caídos y oscuros. Desde allí juró venganza. Si no podía tener el reino de los cielos y ser parte de la creación, como era su cometido hasta la caída, sería el destructor de la obra de Dios. Y cuando terminara con ello desafiaría a los cielos y reclamaría lo que le pertenecía como derecho de nacimiento, el lugar al que estaba predestinado. Usurparía el puesto de Dios algún día. Se dijo a si mismo que no tenía prisa, así que se sentó en su trono a cavilar sobre sus estrategias. No por nada era también el Ángel más paciente de la creación.
–Hablas como si lo conocieras.– Añadió Nicole.
–Estamos hablando de aquellos con los que una vez compartí mi mismo destino.
–Denoto cierta amargura, o me lo parece.
–No te equivocas, ¿Sabes el dolor que se siente cuando te rechazan? Vosotros los humanos por mucho que os dure solo lo acabáis sintiendo unos años, yo llevo milenios, y mientras vosotros con suerte no volvéis a ver a esa persona que os rechazó y os hizo tanto daño, yo veo a toda la humanidad cada día en este mundo perfecto que la Divinidad creó para vosotros, es un recuerdo constante de que aunque los de mi especie vinimos primero, los de la tuya han sido mejor tratados, vosotros podéis perdonar, nosotros solo lamentarnos.–Comentó Paulus.
–Y que me dices de el pecado original, del Diluvio, nosotros también fuimos expulsados del Edén, incluso Dios trató de acabar con nosotros.
– Adán, Eva, los pecados del hombre, esa historia todos la conocemos pero te sorprendería saber  que sucedió en verdad. Volviendo al tema de Lilith, indudablemente la "rebeldía" tenía su encanto. Dios estaba tan seducido con su nueva creación que era condescendiente con ella, admirado del encanto con el que Lilith desoía los reclamos y pataletas de su compañero. Pero Adán no estaba contento con la rebeldía de Lilith, ni con el hecho de que Dios le permitiera ir a su aire de ese modo. Lilith no obedecía la orden de sumisión para la que estaba creada; pensaba que era igual a su compañero, que tenía los mismos derechos que él porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni dependiente como las hembras de otras especies.
–¿Conociste a Lilith?– Preguntó Nicole

–Jum…–Paulus sonrió nuevamente de manera amarga. –En parte, mi vida ha sido muy larga, he conocido a muchos seres de lo más interesantes. Sin embargo creo que antes de que te hable de ellos, deberías conocer algo más sobre mí.–

I. La habitación de hotel.


“Aujourd'hui est un jour de pluie.”

Cierto olor a café recién hecho, fundido con el siempre embriagante humo de un cigarrillo abrumaban la habitación del hotel en el cual se encontraba Paulus.
El reflejo de su efigie en el cristal de la ventana para nada delataba que se tratase de alguien “especial” es más tenía una apariencia de lo más común, se trataba de un adulto de etnia blanca más delgado que atlético, que no llegaba al metro ochenta de estatura, pelo más o menos corto de color castaño oscuro y una barba de cómo se suele decir tres días.
Si algo destacaba de su aspecto eran sus ojos, unos ojos color miel brillante, capaces incluso,  de irradiar por si mismos una luz tenue hasta en el más oscuro de los rincones.
Paulus se encontraba de pie, vestido informal, botas deportivas, vaqueros y una camiseta gris oscura, de espaldas a la puerta de entrada a la habitación y observando por la ventana de esta.
Afuera, en la calle, llovía. Las luces de las farolas y de los coches que pasaban se reflejaban como si las aceras fueran un espejo y hacían que en aquella especial tarde de otoño en Metz las hasta las piedras más viejas de la zona antigua cobrasen vida propia.
Mientras, al otro lado del cristal, la mirada triste de Paulus  parecía perdida observando aquellas luces. Sus ojos, color miel,  delataban cierta amargura. Esa la amargura de aquel que ama sin ser correspondido y que con el paso del tiempo se acostumbra a la situación y a la vez que ama y odia a esa persona es incapaz de abandonar ese estado de soledad permanente autoimpuesta. Estado que aún era incluso más acentuado por los gestos de su cara con sus arrugas de expresión y su andar cabizbajo.
Serían sobre las 19:05 horas cuando llamaron a la puerta. Paulus pareció ni inmutarse, abandono su puesto de “vigilante de la ventana” y se acercó a saludar a su visita.
Al otro lado de la puerta estaba Nicole, una estudiante sobresaliente de “Filosofía y Letras” de último año de la Escuela de Diseño de Karlsruhe apasionada por la antropología.
Hace unos días en una de las conferencias sobre humanismo en la propia Metz de uno de sus profesores Peter Sloterdijk, conoció a Paulus. Además de asistente Paulus hizo una pequeña exposición sobre “La falsedad de las religiones”, en la cual criticaba duramente las tradiciones culturales, sobre todo, las referentes al origen del hombre en las religiones monoteístas.
Tras la conferencia Peter, Paulus, Nicole y algunos alumnos más del señor Sloterdijk se quedaron conversando tomando un café y hablando de antropología, de los orígenes del hombre, Brian sostenía una postura. Una teoría por la que cualquiera le habría tachado de excéntrico, incluso chiflado, y esta era que los humanos no estaban solos, que estos no habían sido los únicos seres de la creación y que como ellos y hechos a su imagen y semejanza los ángeles no eran seres de los cuentos o producto de los delirios o la imaginación, si no seres muy reales.
Tras la conversación Nicole se sintió cautivada por la idea y decidió quedar para cenar tranquilamente con Paulus mientras charlaban un poco más sobre el tema de los ángeles.
–Adelante– Dijo Paulus. –Hace un tiempo de perros, espero que no te hayas mojado mucho.–Prosiguió.
–No, no, gracias. Por suerte un amigo me ha traído.– Respondió Nicole.
–Por favor, ponte cómoda, como si estuvieras en tu casa, no tengo mucho que ofrecerte, si acaso café, pero si quieres luego podemos bajar a tomar algo.
–Gracias, pero no pasa nada.
–¿Por cierto, has traído una grabadora?–Preguntó Paulus.
–Sí, ¿Por?
–La vas a necesitar. Puesto que ya que estás interesada en el tema he hablado con el doctor Sloterdijk y me ha dicho que estabas buscando un proyecto de fin de carrera.
–Veo señor Redfox que no se le escapa ninguna.
–Jaja, por favor, llámame Paulus. Sinceramente no hubiera concertado esta cita sin haber pedido referencias previas. Alumna brillante, todo con matrículas y además aficionada al periodismo y la antropología. Creo, señorita Gedermars, que usted es la persona adecuada para escribir un artículo sobre llamémoslo mis “indagaciones”…
–Por favor, llámeme Nico o Nicole.
–Con mucho gusto.–Finalizó Paulus.
Ambos tomaron asiento de la manera más cómoda posible, a pesar de lo estrecho del cuarto. Nicole sacó de su mochila  preparó su material, las grabadora, las cintas una libreta con una batería de preguntas y otra libreta para tomar apuntes, varios bolígrafos, lápices y hasta un par de gomas y sacapuntas.
Al otro extremo de la mesa, la taza con café negro americano, un cenicero y un paquete de tabaco.
–¿Te importa si…?–Comentó Paulus a Nicole mientras hacía el gesto de encender un pitillo.
– Sin problema.–Respondió Nicole.

En ese momento Paulus encendió su cigarrillo y exhaló una profunda calada…

Preludio II. Un viejo diario.


“The fallen, the fallen is painful…”

A ti querido lector o lectora, decirte que sí te hayas en posesión de este escrito es muy probable que ya no sea una criatura neutral nacida de la voluntad del Padre nuestro señor, sino más bien una ánima perdida que agotó toda su voluntad y paciencia, por favor, cómo único deseo te pido que leas mi historia, ya que únicamente por estar en el recuerdo de un alma pura, ese simple gesto, un recuerdo puro, me bastará de faro para regresar de entre las tinieblas y de vuelta a la luz…
Con todo mi ser, Paulus


“Todo comienza por la caída, al principio sientes miedo, tienes tanto miedo que eres consciente de lo que hay a tu alrededor, pero incapaz de hacer algún movimiento, no sabes cómo ni porqué pero te percatas de que estas solo y esa sensación te aterra. El tiempo en esos primeros instantes parece que no transcurre, las manecillas del tiempo se han quedado congeladas y a medida que este transcurre el miedo es más y más apreciable.
 Al principio este miedo  es causado por un no saber reaccionar, un quedarte inmóvil, cómo privado de propia voluntad, pero créeme cuando te digo que ese momento es el menos malo de los que aún están por llegar, porque ese miedo se pronto convierte en tristeza.
Sí, porque antes de la caída te sentías feliz, invulnerable, ajeno a los sentimientos negativos, y ahora de repente te invade una profunda melancolía. Tu pecho parece una caja de resonancia y cada latido duele como una aguja clavada profundamente, una punzada debajo de la piel que te estremece de tal manera que tu respiración se entrecorta, en ese momento el miedo pasa a ser algo secundario.
Ya no tienes miedo, y sabes por qué, pues simplemente porque el dolor es tan grande que ruegas y suplicas porque todo acabe.
En esos momentos eres vulnerable, inconsciente y tu mente se turba con ideas negativas y sentencias como “Dios por favor, acaba con esto”, “No quiero sufrir más”, “No puedo seguir así, por favor mátame…” Con cada una de esas frases que te repites una y otra vez sientes un espasmo en tu pecho que recorre todo tu cuerpo como si se tratase de una descarga eléctrica, la respiración se corta el cuerpo desfallece, apenas han trascurrido unos minutos desde la caída, pero la descarga emocional ha sido tal que tu cuerpo está hecho polvo, desgarrado y tu alma hecha jirones.
Pero esto sólo ha empezado, ahora viene la peor parte, el miedo pasa a ser tristeza y la tristeza a ser odio. Buscas un culpable, todos lo buscamos… Y de todos los que podías elegir, te eliges culpar a ti mismo.
En ese momento no eres consciente de que no es culpa de nadie, no eres consciente de que los hilos ya estaban escritos y que tu destino te ha sido revelado, sin embargo sin embargo el miedo y la tristeza han hecho mella en ti, hay una gran frustración y alguien debe de pagarla.
Dentro de ti se planta una semilla de odio autodestructiva. Piensas frases como “te lo mereces”, “se te está bien empleado”, frases que solo hacen que esa semilla germine rápidamente.
Y lo que empezó con un miedo que te paralizaba, ahora te hace huir, porque sí, porque lo primero que haces tras la caída es aislarte, esconderte, cómo un prófugo, cómo un delincuente…cómo un monstruo.
Es en esos primeros momentos es cuando tiendes a extirpar todos los gratos y los buenos momentos, es un método de defensa simplemente deseas no volver a sufrir por la melancolía. Y claro una vez extirpada toda esa calidez que había dentro de tu interior, todo se vuelve más frio y oscuro. Ya no hay una luz que te guíe, nada que te emocione y eliges no volver a confiar en nadie, ni querer que nadie te apoye. Es en ese preciso momento cuando un ángel pierde sus alas.
Que sepas que perder tus alas, que convertirte en un ángel caído, que todo esto no implica ser un demonio, o ser una bestia. Sólo implica que a partir de ese momento debes tomar una única pero difícil decisión y que puede o no llegar a convertirte en una, y esa decisión es vivir con el recuerdo de que fuimos hechos con el único propósito para amar u olvidarlo.

Ni lo uno ni lo otro son cosas sencillas, por supuesto no se olvida a amar de la noche a la mañana, igual que tampoco puedes esperar recordar lo que es amar si no puedes ejercitarlo. Y deberías saber muchos de nosotros llevamos vagando solos sobre la faz de la tierra desde hace miles y miles de años”.

Preludio. Canción de Amor

“Dedicado solo a ella...” 
Caía desde los cielos, con las Alas rotas
mientras descendía a este infierno, pensaba en mi derrota
De tus sueños mas íntimos, deje de ser el Prota
de mi corazón entristecido una lágrima ahora brota...

Y aprendí a vivir con el fantasma de tu ausencia
cicatrizaron las heridas mientras se esfumaba tu presencia
empieza aquí...la historia de un maldito
empieza aquí...a construirse de barro...los cimientos de un mito

Empieza el Rito...le sigue un grito...
...y entre sollozos...yo recorro los garitos
de esta cuidad...(pausa)
---->llamada infierno
entre miradas hielo, como las que trae el invierno

(estribillo)
Y un día desperté... negras eran mis Alas
y una tarde salí... con el cartucho (pausa) lleno...de balas
y una noche me acosté... con el semblante entristecido
esta mañana desperté...mi corazón estaba oscurecido.


Y descendí de los cielos con el alma herida
mientras del paraíso caía, corría, una brisa cálida
de mis sueños dejaste de ser... la musa válida
y en mi corazón sembraste... una tierra árida

porque tuve que vivir con el demonio de tu esencia
porque tuve que armarme de tranquilidad y de paciencia
Terminaron así...mis días como amante
Empezaron así...mis pasos como gigante

Mis rimas elegantes...mi vida por delante
...