II. La conversación
“Put sad wings around me now
Protect me from
this world of sin
So that we can rise
again” Juda Priest
– Entonces, ¿Ángeles?–Preguntó Nicole.
– Sí...–Respondió Paulus.
– Esa palabra en sí procede del latín (Angelius), que
a su vez deriva del griego (angelos), "mensajero". La palabra hebrea
más parecida es (Mal'ach), que tiene el mismo significado.
– Jum…–Paulus sonrió amargamente.– Mensajero…Un poco
vago para un ser inmaterial presente en muchas de las creencias religiosas.
Pero al fin y al cabo su propósito es servir y asistir a Dios, ¿No?
– Usted es el especialista en ángeles.
– Jejeje…–Esta vez la sonrisa de Paulus se volvió más
incisiva. –Nosotros fuimos la primera creación del Divino. Al principio solo éramos
nosotros y él, los ángeles y su señor.
La cara de Nicole se volvió todo un poema–…Esto…–
Entonces los ojos dorados de Paulus tomaron un color
celeste intenso y una extraña sensación de calma y paz inundó el espíritu de
Nicole.
–Nosotros estábamos destinados a llevar una vida de
servidumbre, de veneración de humillación y adoración, a vosotros os dio mucho
más de lo que nunca nos dio a nosotros.–Dijo Paulus.
Durante unos minutos ambos se quedaron en silencio,
Nicole no sabía cómo reaccionar, no sólo por estar delante de un ángel si no
porque poco a poco su cerebro trataba de asumir que todo o parte de sus
conocimientos sobre los orígenes del hombre eran incorrectos. A pesar de eso,
se sentía calmada, sosegada, cómo si Paulus hubiera estado a su lado toda la
vida y cómo si todo lo que le contara no fuera algo nuevo para ella.
Tras la pausa Paulus continuó.
–¿Te apetece parar?
–…Perdona.–Nicole respondió como si saliera de un
estado de shock.
–Digo, que si te apetece parar.
–No, no, es solo que…
–Tranquila, te entiendo.– Interrumpió Paulus. –Sé que
es difícil de creer me pongo en tu piel, sin embargo eres una creyente llevo
observándote a ti y a muchos otros mucho tiempo, al fin y al cabo esa es
nuestra labor, observar.
–Al principió te costará asumirlo. –Continuó el él.
–Sin embargo dentro de ti hay algo que te dice que siempre he estado ahí. No
debes asustarte si no hubieras estado preparada no te hubiera escogido para
esta tarea.
Tras esto Nicole se estremeció
–¿Tarea, que tarea? –Dentro de su mente empezaron a
juntarse todas las historias bíblicas del viejo y nuevo testamento cristiano.
–Jajaja. –Sonrió Paulus –No va a ser la nueva María de
Nazaret, ni tampoco Moisés o Noé…Sólo escúchame. Cómo te he dicho nosotros
estábamos destinados a llevar una vida de servidumbre, de veneración de
humillación y adoración, a vosotros os dio mucho más de lo que nunca nos dio a
nosotros.
–No estoy de acuerdo en eso, vosotros representáis
todo aquello que el ser humano anhela, surcáis los cielos vuestros, sois
eternos por no decir que conocéis al mismo creador.
– Y que…A vosotros os dio una opción, la
opción de reconocerle o bien de ignorarlo.
–¿Tan importante es?–Preguntó Nicole
–¿Importante? Todo este tiempo que he estado aquí
abajo he sentido la ausencia de la presencia divina y me ha dolido y ¿Por qué?
Por la forma que él nos creo. Si nos hubiera dado la opción de elegir nosotros
podríamos haber ignorado el dolor como vosotros, pero no, nosotros somos sus
eternos sirvientes...
–No lo entiendo-Dijo Nicole.
–Te explicaré, todo empieza por Heylel, en latín “el
portador de la luz”, Heylel era el ángel más hermoso de todos, antes de caer
era él era un querubín protector y músico, era el director de la alabanza a
Dios. Su posición era la más encumbrada de todos los seres angelicales que Dios
creó.
–¿Heylel? He estudiado Teología y ese nombre no me
suena.–Dijo Nicole
–Ya te sonará...Aún así, eso que has estudiado...En
fin, todo forma parte de una gran mentira. Que cuenta la historia, que nuestro
Señor creó a Adan y a Lilith a su imagen y semejanza para así gobernar la
tierra.
–¿Lilith? ¿La misma bruja del folclore mesopotámico?
–Ves lo que decía...todo mentiras...Has de saber que
toda la Teología que has estudiado es patriarcal y machista...Pero bueno,
déjame continuar con mi relato. Como te decía Adán y Lilith nunca hallaron la
armonía juntos, así que Lilith encolerizada por el trato de Adán hacia ella,
pronunció el nombre sagrado del Dios y le pidió salir del Paraíso, al principio
Dios discutió con ella, pero finalmente acabó por permitirle la salida del
Paraíso.
–Espera, ¿Estamos hablando del mismo Dios que entró en
cólera por una manzana y nos desterró del Edén?
–Jajaja.– Sonrió Paulus. –Te sorprenderías de ciertas
aptitudes del Divino hacia los tuyos, en fin, por donde íbamos… Am sí, pero
luego tras razonar mando a Heylel para traerla de nuevo. No se sabe que
hablaron Lilith y Heylel, pero tras su conversación Heylel ya no era el mismo.
–A que te refieres con que no era el mismo ¿Acaso se
había pasado algo entre ellos dos?
–No lo creo. Sin embargo algo dijo Lilith a Heylel que
este acabó por estar convencido de su poder, belleza e intelecto, y deseó ser
superior a Dios. Así que formó un ejército de ángeles rebeldes que se
enfrentaron a otros ángeles y a Dios.
–Entonces Heylel es...
– Sí, (silencio). Hubo una batalla sangrienta en la
que Dios salió victorioso y terminó por castigarlos a todos. Heylel pasó a
llamarse Lucifer y cayó en las sombras del infierno y allí hizo su reino el
cual compartiría con sus ángeles, los cuales también fueron expulsados del
Cielo.
–¡Vaya!, aún así no lo entiendo, según tu fuisteis
creados para llevar una vida de servidumbre ¿Cómo uno de vosotros pudo
revelarse contra su Señor?–Preguntó Nicole
–La respuesta es más complicada de lo que parece pero
has de saber que Heylel fue el primer ángel, que tuvo como misión encender la
chispa primera que dio luz al universo. Lucifer fue el primer ángel y querubín
en ser creado, y era además el más poderoso. Solo Dios lo superaba en
inteligencia y poder. Irradiaba más luz que cualquier otro ángel, y su belleza
era como ninguna antes vista en el cielo. Lucifer fue el primer ángel que
despertó a la Creación y fue la más grande criatura de magnificente belleza en
la aurora cósmica. Este ángel tenía una hermosura increíble y no comparable a ninguna
otra creación. Todos los Ángeles que fueron creados después de él no tenían la
belleza ni la grandeza que poseía el primer ángel de la mañana. El fue el
encargado de encender las primeras luces del universo, y en memoria a aquella
primera luz se llamó Lucero a la primera estrella de la mañana.
Desafortunadamente, Lucifer se convirtió en un ser
ambicioso, a tal nivel que un día decidió que iba a demostrarle a todos cuán
grande era su poder. Para probar esto, iba a elevar su trono a la altura de
Dios. Sin embargo, otros ángeles no aprobaron las intenciones de Lucifer, ya
que no querían que un ser inferior tratara de ser igual a Dios y su poder.
Aquella rebelión de los ángeles contra Dios fue como un complot, algo que no
puedes ni imaginar.
–Algo he leído. Lo que no concibo es a entender como
hubo más ángeles traidores.
–Las palabras de Lucifer aun resuenan en mi mente:
“¿Queréis inclinar la cabeza o preferís doblar una
rodilla dócil? No, no lo preferiréis si es que os conozco, según creo o si es
que os tenéis por oriundos hijos del cielo que nadie poseyó antes que nosotros.
Aunque no todos seamos iguales, somos sin embargo, libres, igualmente libres,
porque las alcurnias y las categorías no son contrarias a la libertad, si no
que se armonizan con ella. ¿Quién puede introducir leyes y decretos entre
nosotros cuando, aún sin leyes, no cometemos nunca un error? Con mucha menos
razón puede ser aquel nuestro señor y pretender nuestra adoración en detrimento
de esos títulos imperiales, que atestiguan que nuestro estado se ha hecho para
gobernar, no para servir.”
Cuando Lucifer trató de llevar a cabo su plan
reuniendo un ejército de ángeles rebeldes a Dios, estalló la Primera Guerra en
el Cielo, pues se abalanzaron todos los Ángeles a las órdenes de Mikael sobre
los de Lucifer. Se libró una gran batalla, Mikael y sus ángeles luchaban contra
Lucifer.... Lucifer y sus ángeles combatieron, pero no vencieron, y no quedó ya
lugar para ellos en el cielo. Y fue así como el Lucero de la Mañana fue
arrojado del cielo y sus ángeles con él, derrotado y expulsado junto a quienes
le siguieron en su rebelión por las huestes a las órdenes de Mikael. Esta
guerra tuvo lugar durante los primeros días de la Creación para ser exactos,
hasta que las dos terceras partes de los Ángeles lograron vencer a los rebeldes
que fueron arrojados hacia los abismos fuera del universo. Al caer sus alas se
tiñeron de negro y sus corazones esperanzados, se cubrieron de sombras con la
derrota.
Fue en ese momento que la maldición se pronunció, con
esto se quebró la paz que existía hasta entonces, y lo que se creó más adelante
ya no tendría jamás el acuerdo beneplácito de todos los Ángeles, de toda la
Creación del Señor. Los Ángeles caídos vagaron por la tierra vacía del no-mundo,
lamentándose por su error. Pero Lucifer no se lamentaba, sentía el dolor del
rechazo, de la injusticia de Dios. Todo en él empezó a sufrir cambios. Donde
antes solo hubo amor incondicional empezó a anidar el odio más visceral,
transformando el dolor en deseos de venganza. Su corazón se volvió frió y
despiadado, su luz se apago, convirtiéndose en la oscuridad más profunda. Su
belleza abrumadora se retorció hasta adquirir una profunda oscuridad cuando
rechazo su propia luz. Ya no inspiraba ciega devoción entre sus hermanos
caídos, sino un miedo abismal a contradecirle. Continuaba siendo el más
perfecto, el más bello, el más sabio, pero la pureza quedó destruida con la luz
que le daba nombre. Construyó un reino de tinieblas, el reverso del que había
sido su hogar y se erigió como rey y amo absoluto de su reino de tinieblas, con
su propia legión de Ángeles caídos y oscuros. Desde allí juró venganza. Si no
podía tener el reino de los cielos y ser parte de la creación, como era su
cometido hasta la caída, sería el destructor de la obra de Dios. Y cuando
terminara con ello desafiaría a los cielos y reclamaría lo que le pertenecía
como derecho de nacimiento, el lugar al que estaba predestinado. Usurparía el
puesto de Dios algún día. Se dijo a si mismo que no tenía prisa, así que se
sentó en su trono a cavilar sobre sus estrategias. No por nada era también el
Ángel más paciente de la creación.
–Hablas como si lo conocieras.– Añadió Nicole.
–Estamos hablando de aquellos con los que una vez
compartí mi mismo destino.
–Denoto cierta amargura, o me lo parece.
–No te equivocas, ¿Sabes el dolor que se siente cuando
te rechazan? Vosotros los humanos por mucho que os dure solo lo acabáis
sintiendo unos años, yo llevo milenios, y mientras vosotros con suerte no
volvéis a ver a esa persona que os rechazó y os hizo tanto daño, yo veo a toda
la humanidad cada día en este mundo perfecto que la Divinidad creó para
vosotros, es un recuerdo constante de que aunque los de mi especie vinimos
primero, los de la tuya han sido mejor tratados, vosotros podéis perdonar,
nosotros solo lamentarnos.–Comentó Paulus.
–Y que me dices de el pecado original, del Diluvio,
nosotros también fuimos expulsados del Edén, incluso Dios trató de acabar con
nosotros.
– Adán, Eva, los pecados del hombre, esa historia
todos la conocemos pero te sorprendería saber que sucedió en verdad.
Volviendo al tema de Lilith, indudablemente la "rebeldía" tenía su
encanto. Dios estaba tan seducido con su nueva creación que era condescendiente
con ella, admirado del encanto con el que Lilith desoía los reclamos y
pataletas de su compañero. Pero Adán no estaba contento con la rebeldía de
Lilith, ni con el hecho de que Dios le permitiera ir a su aire de ese modo.
Lilith no obedecía la orden de sumisión para la que estaba creada; pensaba que
era igual a su compañero, que tenía los mismos derechos que él porque habían
sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni
dependiente como las hembras de otras especies.
–¿Conociste a Lilith?– Preguntó Nicole
–Jum…–Paulus sonrió nuevamente de manera amarga. –En
parte, mi vida ha sido muy larga, he conocido a muchos seres de lo más
interesantes. Sin embargo creo que antes de que te hable de ellos, deberías
conocer algo más sobre mí.–